En una oportunidad y en este mismo blogs escribí sobre LA MAGIA ...que no es nada esotérico o superticioso como cualquiera podría pensar. La magia... a la que yo me refiero, es una condición humana especial que todos tenemos o podemos desarrollar en determinadas maneras de ser y de actuar. Algunas personas llegan a hacer verdadera mágia. Te invito a leer LA MAGIA, por este mismo canal, para que tengas mi punto de vista sobre esta idea.
Recordé estas reflexiones cuando volví a percibir, hace muy pocos días, lo que se siente estar cerca de una de esas personas, una de esas que conoces y nunca olvidas y que siempre quieres estar cerca de ella. Una persona mágica. Una de esas personas que crean una verdadera atmósfera íntima de sentimientos sinceros, donde no hay nada que esconder, ni importa lo que eres o lo que tienes, donde no hay observaciones previas ni intereses personales, es decir, en quien encuentras (así hayan pasado años) una explosión de amor sincero y eterno que te baña y te reconforta como humano.
Las personas mágicas son, por un lado, fácilmente identificables (por su sinceridad, por su constancia en el tiempo, por su honestidad, su desprendimiento, su disposición a servir sin ningún interés y, muy especialmente, su capacidad genial de ver lo bueno de las cosas de la vida y hacerlas visibles en los otros...etc...) por otro lado, y paradójicamente, la gente mágica resulta difícil de encontrar en este mundo de egoismo...no porque no existan, ya he dicho que todos podemos tener o desarrollar ese don, lo difícil es que coincidan contigo cuando eres capaz de econocerlas. He allí el verdadero valor de la gente mágica.
Ve estimado lector a tu alrededor, descubre a esas personas y ayuda a fortalecer tu relación con ella. Tú debes ser una, sí, una persona mágica... lo sé porque estás leyendo estas líneas. Disfruta del privilegio que Dios y la Vida te ha dado ...ser mágico para tu prójimo y que otros lo sean contigo.
"porque estoy convencida de que todo lo bueno de la vida viene dado de un Dios Todo Poderoso" y somos nosotros quienes le otorgamos el valor que tienen...María J.Márquez
Yo tengo la bendición de haber tenido (y aún tener) personas mágicas en mi vida, de ellas he aprendido mucho. Acabo recientemente, de reencontrarme con dos de ellas, una de la infancia eterna y la otra, desde los predios universitarios...¡que mujeres y que luchadoras! Gracias al Altísimo por ponerme en sus caminos.
