Imagino lo que vas a decir:
_¡Tengo mucho frío!
Como si no te conociera, siempre friolento.
_Los muchachos están bien, cómo han madurado...verdad? Y las nietas? Bellas, su energía a veces no me deja pensar. Te acuerdas cuando imaginábamos nietos. El tiempo se me va viéndolas reír. Y nosotros?...ya casi no hablamos.
_ Lo sé. Me parece escucharte: "Cada quien en lo suyo".
Las nubes se ven densas y grises. Parecen grandes bolsas repletas de agua a punto de estallar. Ojalá revienten pronto para ver el sol y sientas menos frío.
_Sabes? Volví a colocar tu fotografía en la sala, cambié algunas cosas de lugar. Todo como tú lo imaginabas.
_Como ha reverdecido todo. El agua de lluvia es milagrosa. La grama está espesa y la matas han brotado flores. Una vez leí que hay lugares que no se ven bellos aunque estén embellecidos.
_Tienes razón. Soy yo que me he vuelto melancólica.
Comienzan a caer las gotas, sigue lloviendo como en semanas. Debo irme porque estos caminos se inundan con los aguaceros.
_Sí. Tendré cuidado al regresar. _Sí, Sí...les diré que los sigues queriendo.
Las gotas se hacen más seguidas y enormes. Me toca correr a la puerta del cementerio.
